martes, 5 de abril de 2011

movimiento pendular

Justo cuando todo parecía perfectamente acomodado, me doy cuenta de que aún tengo cientos de cosas por delante y que no había pensado.

Supongo que cuando una no ha pensado en su boda durante toda su vida, corre el riesgo de no hacer las cosas en el orden debido o bien de ir dejando todo para el final conforme se va acordando de la importancia de hacerlo; porque vaya, aunque contrataran una wedding planner, habría cosas que igualmente tienen que hacer ustedes.

Por ejemplo, en mi caso tengo pendiente la prueba de maquillaje, atenderme un problema del oído, limpiar y empezar a mudar mi casa.

Y estupideces como: voy a llevar lentes o no (si decidiera llevarlos, tendría que pensar en un maquillaje que luzca a pesar de los lentes y si estos son los lentes adecuados, en mi caso, como no voy a llevar lentes, tengo que ir con el oculista a hacerme lentes de contacto y rogarle a Dios que me acostumbre a usarlos en un mes), de que flores va a ser mi ramo, enviarle la lista de canciones al dj, hacer tarjetas de agradecimiento personalizadas, escribir los votos, buscar los baules para las arras y mil cositas más que nadie puede hacer por mi y que me tienen absolutamente agobiada por días y por horas.

Tras esto confirmo, que casarse es un maravilloso movimiento pendular, unos dias soy feliz y estoy tranquila, y otros días el mundo amenaza con caerse sobre mi.

En fin, supongo que una parte vital es darme cuenta del péndulo y que eso me ayudará a no dejarme guiar por la histeria y permitir que las cosas fluyan, aún a pesar de mi.

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