Uno de mis defectos

Lo he comentado previamente, yo nunca pensé organizar una boda, lo hice porque decidimos mi pareja y yo que lo haríamos juntos.

Sin embargo, nunca consideramos en la ecuación uno de mis mayores defectos: mi tono al hablar.

En mi trabajo tengo trato con clientes, la gente que me conoce por primera vez, opina que soy una chica asombrosamente educada, quizá un poco timida o sangrona, pero jamás maleducada.

Por otra parte, la gente que conoce a mi familia junta por primera vez, generalmente se lleva un susto, y creen que nos peleamos todo el tiempo, el problema es, que como dice S, somos entusiastas.

Tristemente, todo parece indicar que yo llevo el gen del entusiasmo a conversaciones que no lo ameritan; desafortunadamente ese gen es cortesía de mi papá M, y mi madre Q, parece no haberse acostumbrado aún, y con frecuencia tiendo a parecer grosera o descortes con ella y ella tiende a enojarse conmigo.

El asunto de las despedidas (que aqui entre nos, fue lo que dió pie a este blog), ha sido particularmente ríspido, porque en realidad yo agradezco lo que me hagan y me den, pero en realidad no me importa mucho el que o el quien, y mi madre considera mi gratitud como una descortesía que nos ha generado considerable momentos de tensión en la última semana.

Esto llevó a que M. me dijera una maravillosa paradoja sin darse cuenta, cuando ante mi "no me importa, lo que Q. haya decidido está bien", un: "si esto se trata de que tu hagas lo que tú quieras, así que tienes que interesarte", por supuesto, en esta conversación todo depende de la entonación, y por lo que opina S. ninguno de los tonos fue el más correcto.

¡Suerte que no contesté que la aceptación de lo que Q decideiera, era lo que quería hacer!
Por eso les dejo este consejo:
Piensen bien en las despedidas, la gente las hace con todo el cariño, pero requieren tiempo y esfuerzo.
Y por supuesto HAY QUE CUIDAR EL TONO DE VOZ, la gente se pone de un suceptible...(empezando por una misma, jajajajaja)